En medio de una finca de 12.000 m² de tierra fértil, donde los olivos centenarios y los algarrobos dibujan el paisaje con su carácter mediterráneo, emerge una casa que no busca llamar la atención, sino enamorar en silencio. Construida en 2012 bajo los principios de la arquitectura Bauhaus, esta vivienda de diseño no es solo un lugar donde vivir: es un lugar donde respirar y reconectar.

Sus 96 m² están pensados con inteligencia y sensibilidad: tres habitaciones dobles, dos baños completos (uno ensuite), un aseo de cortesía, una cocina moderna abierta al salón-comedor y vistas despejadas al exterior enmarcadas por grandes ventanales. Porque aquí, la luz entra sin pedir permiso y el exterior se convierte en parte del hogar.

Un amplio porche te invita a largas sobremesas bajo la sombra, con vistas a la piscina y al paisaje que cambia de color con las estaciones. Y para que la vida rural no reste comodidad, la finca cuenta también con zona de lavadero, trastero, un almacén agrícola de 20 m² con posibilidad de rehabilitación y otro de 9 m². Espacios útiles, sin perder armonía con el entorno.

Además, la propiedad está equipada con un potente sistema de energía solar que cubre de forma eficiente las necesidades eléctricas de la vivienda, y dispone de acceso a un pozo comunitario para el suministro de agua. Autosuficiencia y respeto por el entorno, sin renunciar al confort.

A tan solo 15 minutos de Tortosa y todos sus servicios —hospital, comercios, escuelas— y a menos de 20 minutos del mar y del encantador pueblo de L’Ampolla, esta finca es el punto perfecto entre la calma del interior y la vitalidad de la costa.

Una propiedad para quienes buscan vivir despacio, rodeados de naturaleza, con comodidad y estilo desde el primer día.

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