En un rincón del Mediterráneo, donde el aire huele a pino y tierra fértil, se alza esta masía con historia propia. Rodeada de olivos en producción, pinar y árboles frutales, cada amanecer regala un espectáculo de luz y sombra sobre las montañas, invitando a respirar profundo y dejar atrás el ritmo del mundo. Desde cualquier punto de la finca se disfrutan vistas panorámicas a las impresionantes montañas, un horizonte que transmite paz y tranquilidad absoluta.

La casa principal, con 5 habitaciones y 3 baños completos, ha sido totalmente reformada, conservando la esencia de la piedra y la madera. Suelos de terrazzo en la planta baja y madera maciza en la superior, vigas vistas y cada detalle cuidadosamente elegido crean un refugio cálido, donde el estilo rústico mediterráneo se funde con un aire bohemio y elegante. Es una vivienda lista para entrar a vivir, donde cada espacio invita a la calma y a disfrutar del presente.

Las terrazas “amuralladas”, al frente y al fondo de la casa, ofrecen el escenario perfecto para descansar, conversar o leer. Con espacio suficiente para reuniones y eventos con familiares y amigos, cada instante aquí se siente más lento y auténtico, envuelto en aromas del jardín y el canto de los pájaros.

La finca cuenta además con un gallinero, una casita de herramientas y, como joya de la corona, una piscina de piedra natural con vistas despejadas a la Serra de Cardó. La zona de la piscina es realmente espectacular: las panorámicas impresionan y el murmullo constante de la fuente crea un ambiente de calma absoluta. Pasarías horas allí, contemplando el paisaje, escuchando el agua y dejando que la serenidad del entorno te envuelva. Bajo el porche que la acompaña, con zona de relax y comedor exterior, cada momento se convierte en un pequeño refugio de paz y tranquilidad.

El hogar funciona con energía solar, pozo privado y gran cisterna, cuidando cada detalle para que vivir aquí sea cómodo y sostenible. La piscina también se abastece del pozo.

Accesible por carretera asfaltada y camino de tierra, esta finca se encuentra a 20 minutos de El Perelló, 30 minutos de la playa, 15 minutos de Rasquera y menos de dos horas del aeropuerto de Barcelona. Un lugar donde la montaña, la naturaleza y la serenidad se encuentran; un rincón de paz para reconectar, vivir plenamente y crear recuerdos inolvidables.